La inteligencia artificial (IA) se ha consolidado como uno de los vectores de transformación más potentes del siglo XXI. Su capacidad para alterar procesos productivos, redefinir modelos educativos y reorganizar sociedades enteras ha generado tanto entusiasmo como preocupación. Sin embargo, los debates predominantes suelen inclinarse hacia escenarios distópicos, marcados por la pérdida de empleos, la vigilancia masiva o la desinformación automatizada.
En este contexto, RAISE 2025 (Robotics and Artificial Intelligence for Socio-economic Empowerment) plantea un desafío contracorriente y de gran valor pedagógico: invitar a estudiantes de secundaria y universidad a imaginar cómo la IA podría contribuir a la construcción de futuros utópicos. Es decir, no limitarse a anticipar los riesgos, sino explorar de forma fundamentada cómo esta tecnología puede ser diseñada, desarrollada y aplicada para maximizar el bienestar colectivo.
¿Qué es RAISE 2025 y cuál es su objetivo?
RAISE es una iniciativa respaldada por instituciones europeas que busca fomentar la innovación responsable en inteligencia artificial y robótica. Bajo el principio de que el desarrollo tecnológico debe estar al servicio del progreso social, el programa promueve el análisis crítico y la creatividad entre las generaciones más jóvenes.
La edición 2025 propone un enfoque específico: generar una reflexión colectiva y estructurada sobre el papel positivo que puede desempeñar la IA en los próximos años, con especial énfasis en propuestas utópicas —en el sentido filosófico y político del término—. Esta convocatoria no busca soluciones tecnocráticas, sino visiones coherentes, inclusivas y viables de un porvenir donde la IA no sustituya al ser humano, sino que lo complemente y potencie en sus aspiraciones éticas, culturales y sostenibles.
Un concurso con implicaciones más allá del aula
La participación en RAISE 2025 está abierta a estudiantes europeos de enseñanza secundaria, bachillerato y nivel universitario. Los proyectos pueden adoptar múltiples formatos: ensayos, propuestas visuales, simulaciones, modelos de IA conceptuales, prototipos o presentaciones multimedia. La diversidad de disciplinas es bienvenida, entendiendo que el pensamiento tecnológico no está reservado exclusivamente al ámbito de la ingeniería.
H3. Ámbitos temáticos sugeridos
RAISE plantea varias líneas estratégicas donde los participantes pueden centrar sus propuestas:
- Sostenibilidad ambiental: ¿Cómo podría utilizarse la IA para prever desastres naturales, optimizar la gestión de recursos hídricos o reducir el desperdicio alimentario?
- Justicia social y equidad: ¿Qué papel puede jugar la IA en la detección de sesgos estructurales, la redistribución de oportunidades o el acceso equitativo a la educación y la salud?
- Salud mental y bienestar: ¿Es viable diseñar sistemas de IA que apoyen emocionalmente a las personas sin sustituir la intervención humana?
- Gobernanza y transparencia algorítmica: ¿Qué propuestas normativas, técnicas o educativas pueden garantizar el uso ético de la IA?
Los participantes no solo podrán acceder a recursos formativos y mentores especializados, sino también a visibilidad institucional, oportunidades de networking europeo y la posibilidad de influir en futuras políticas públicas.
Formar ciudadanía tecnológica desde edades tempranas
Uno de los méritos fundamentales de RAISE 2025 es que plantea una educación tecnológica orientada al pensamiento crítico y la acción transformadora. En lugar de centrarse únicamente en el aprendizaje de herramientas o lenguajes de programación, la iniciativa promueve una reflexión estructurada sobre qué tecnologías queremos desarrollar, para quiénes y con qué fines.
Este enfoque refuerza la necesidad de incluir la ética, la filosofía de la tecnología y las ciencias sociales en cualquier formación vinculada a la inteligencia artificial. La IA no es neutral: refleja los valores de quienes la diseñan. Por tanto, empoderar a los jóvenes para que participen en su configuración no es una opción, sino una prioridad si se aspira a una gobernanza democrática de la tecnología.
Implicaciones para Europa y sus políticas de innovación
La Comisión Europea ha identificado la IA como una tecnología estratégica, pero también como un campo que debe ser regulado con criterios de responsabilidad, derechos fundamentales y cohesión social. En este marco, RAISE funciona como una incubadora de ideas que no solo buscan eficiencia técnica, sino también legitimidad social.
Los resultados de esta convocatoria —especialmente si se documentan, evalúan y difunden correctamente— podrían aportar insumos valiosos para futuros marcos legislativos o iniciativas como el AI Act, que pretende regular el desarrollo de sistemas de alto riesgo en la Unión Europea.
FAQs
¿Quién puede participar en RAISE 2025?
Estudiantes de secundaria, bachillerato o educación universitaria en cualquier país miembro de la Unión Europea. La participación puede ser individual o en equipo, y no se requiere experiencia técnica avanzada.
¿Qué tipo de proyectos se valoran?
Propuestas originales, viables y bien argumentadas que exploren cómo la inteligencia artificial puede contribuir a un futuro más justo, sostenible y solidario. Se valorará tanto la calidad conceptual como la creatividad en la presentación.
¿Cómo puede inscribirse un centro educativo?
A través del portal oficial de RAISE o mediante las convocatorias publicadas por las delegaciones nacionales. Se recomienda la inscripción previa para participar en sesiones informativas y talleres formativos.
Conclusión: educar para imaginar, imaginar para transformar
RAISE 2025 representa una oportunidad inusual y valiosa: crear un espacio educativo donde la imaginación tecnológica esté al servicio del bien común. En lugar de temer a la IA o idolatrarla sin condiciones, esta convocatoria propone un tercer camino: pensarla críticamente, diseñarla éticamente y desplegarla con un sentido claro de responsabilidad.
Frente a los escenarios de automatización sin control, vigilancia masiva o concentración del poder algorítmico, la utopía deja de ser un lujo académico y se convierte en un ejercicio urgente. Educar en este marco no es formar programadores, sino formar ciudadanos capaces de codiseñar el futuro que desean habitar.